Son muchas
las madres y padres que en algún momento dicen que no pueden más,
que están agotados, que todo el día están recogiendo, limpiando y continuamente
detrás de sus hijos para conseguir que todo esté en su sitio y presentable.
Gran parte del
"trabajo" de los padres lo asumirían los hijos si se les diera la
oportunidad de hacerlo. Es una cuestión de darles autonomía, de ponérselo fácil
para que puedan colaborar y de hacerles partícipes de sus "destrozos"
y "desórdenes".
Por eso hoy
os decimos esto: "déjales que sean autónomos, para que así crezcan".
Y para saber cuándo están capacitados os dejamos con la tabla de Montessori
para saber qué tareas pueden hacer en cada edad.
Hay padres que se quejan de que: "es que está muy pegado a
mí", "es que duerme solo, pero se viene todas las noches a mi
cama", "es que lo veo muy bebé", "es que creo que tendré
problemas con el pañal", "es que apenas juega con otros niños",
etc...
No se agobien, que no pasa nada porque el niño haga
todo eso, hay muchos niños que aún siguen anclados en la etapa de
bebé, y tienen que poder pasar página.
Pero para
poder pasar página y que los padres no nos acabemos convirtiendo en sus
mayordomos tenemos que promover su autonomía, que hagan cosas ellos solos. No
tiene sentido que los fines de semana, por ejemplo, les vistamos nosotros. Que
lo hagan ellos. Puedes dejarle la ropa a su altura y que se la pongan... que
lleguen a su ropa. Y si prefieres darle tú lo que quieres que se ponga, dáselo,
pero no lo vistas, que lo haga él.
No tiene
sentido que el niño tenga sed y que tenga que venirte a decir que quiere agua.
Déjale los vasos de plástico en algún cajón que pueda abrir, o fuera, a una
altura acorde a su estatura. Y si quieres, incluso una botellita con agua para
que él mismo se la sirva.
Y así con
todo. Que vea que puede hacerlo. Que lo haga. Que empiece a ocuparse de su
vida, que tiene edad y capacidad para hacerlo.
No forzar,
pero sí permitir crecer
No hay que
obligar ni forzar al niño a hacer las cosas. No tiene sentido que se lo hagamos
todo y de repente le obliguemos a hacerlo. Tiene que salir de él, de querer
hacerlo, de querer colaborar, de querer ser uno más, como tú, partícipe de su
imagen, del orden de la casa, de la limpieza, de la higiene.
Así que
sugiere, invita a hacer, o directamente haz que sea divertido (si es posible):
canta, ríe, hazle reír mientras lo hacéis, cuéntale historias... así puede ser
hasta divertido también para ti, aunque tardéis un poco más.
La tabla
Montessori para saber qué tareas pueden hacer en cada edad:
Pero...
¿cómo voy a hacer que mi hijo, que apenas ha hecho nunca nada, se ponga ahora a
hacer lo que pone en su edad?, pensaréis muchos. Tranquilidad. Si tenéis un
hijo de 9 años, por ejemplo, y os acabáis de dar cuenta de que apenas hace nada
de eso, y tampoco lo veis capaz, será porque no ha hecho aún mucho de lo
anterior.
La tabla es
progresiva. Un niño de 9 años puede hacer lo que dice la tabla si en las edades
anteriores, más o menos, tuvo las responsabilidades para las que estaba
preparado. Así que si la estáis mirando y pensáis que os gustaría que vuestro
hijo hiciera más cosas, y además pensáis que las hará motivado y con
implicación, pues igual tenéis que empezar por cosas de edades inferiores, para
finalmente llegar a lo de su edad.
En cualquier
caso no dejan de ser ideas, un abrir los ojos de los padres que piensan que sus
hijos son siempre pequeños para hacer algunas cosas, que puede ayudar a todos
los miembros de la familia: si mamá y papá no tienen que hacerlo todo, si los
hijos también colaboran en las tareas del hogar, puede quedar más tiempo libre
para pasar todos juntos. Y esto seguro que los hijos también lo valoran.
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