Durante los primeros meses de tu pequeño tendrás la certeza
de que estará totalmente protegido por ti, pero mientras crece su instinto de
curiosidad despierta en ellos el deseo por buscar o indagar cosas que están
alrededor de la casa, o fuera de ella, siendo algunas de estas peligrosas.
La razón es que el pequeño aún no tiene la suficiente
madurez para entender la noción del peligro, y eso con el paso del tiempo como
lo ira comprendiendo.
La educación y la manera como se le enseña sobre los
peligros de la vida, ayudan al niño a que vaya desarrollando parte de su
cerebro.
Los comportamientos naturales con los que nacen los pequeños
frente a los cuales ellos se defienden se le llama inteligencia práctica, un
estadio que empieza muy temprano.
Desde los 2 años, incluso antes, el niño puede sufrir golpes
y ya ha aprendido, de la experiencia que le duele o que está mal. Sin embargo
solo se puede sacar la conclusión de que es peligroso frente a una experiencia
conocida. Por eso la mayoría de las medidas son de control externo.
Los niños necesitan conocer por sí mismos el mundo, y los
padres solo deben ser un soporte, minimizar los riesgos y evitar accidentes.
Pautas para orientar
- Sea claro en las
recomendaciones que da a su hijo.
- No sature de
información al niño.
- Enséñele cómo
mantener la calma.
- Proporciónele
confianza en sí mismo, dejando que él mismo explore su medio.
- Explíquele al niño
el significado del peligro.
- Muéstrele las
consecuencias que pueden tener sus comportamientos: “Si te subes en la silla,
te puedes caer”.
- Demuestre con
ejemplos claros cómo evitar los peligros.
- Utilice juegos para
mostrarle lo que puede o no ser peligroso
Juegos recomendados para enseñar el peligro:
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