¿Se puede inculcar en los niños, el amor por la comida,
desde que son bebés? Por supuesto que sí, pero además, podemos ir un paso más
allá: que tu hijo, de entre 1 y 3 años de edad comience a familiarizase con la
cocina, como si de un mini chef se tratase.
Lógicamente, no podemos forzar a los peques a que adquieran
habilidades propias de un adulto, pero hay algunos métodos muy efectivos y
sutiles para ir familiarizando a nuestro bebé con este mundo tan creativo y tan
satisfactorio.
Puede empezar, poco a poco, de la mejor forma: ¡aprendiendo
mientras juega!
Lo que te proponemos es que sientes a tu hijo en espacio
abierto, frente a una mesa despejada, por ejemplo, y en la que pueda verte
relativamente cerca. Mientras tú haces la comida o compartes tareas culinarias
con tu pareja de cara a la cena, vuestro pequeño podrá 'imitaros'. Frases
motivadoras tales como: ‘‘¿quieres ayudar a papá y a mamá a hacer la cena?'' o ‘‘¿nos
preparas tú alguna receta?'' seguro que le animarán y hará la tarde más
provechosa y divertida para todos.
Así, vuestro peque podrá ayudaros mientras construye, crea y
manipula, sin perderle de vista, pero confiados de que está 'en buenas manos'.
Si te parece muy pronto para prestarle alimentos de verdad
así como menaje propio de una cocina de adultos, no pasa nada. Hay juegos, a
través de los cuales vuestros peques pueden jugar a ser cocineros de lo más
ingeniosos.
Todas estas ideas forman parte del método de aprendizaje del
'Juego simbólico'. Se llama así, en psicomotricidad y Psicología infantil a ésa
parte de la etapa del juego en la que el niño empieza a imitar lo que ve en su
entorno: la simulación de la vida real (a menudo, la asocian con la vida
adulta) hace que los peques desarrollen su sistema cognitivo y suele favorecer
entre otras capacidades, la aparición del lenguaje.
Como veis, puede ser una gran idea, para esos ratos en casa,
especialmente en invierno y en medio de la rutina total que suele apoderarse de
muchos hogares. Un juego especial y diferente al resto. Ni más ni menos de lo
que tus hijos merecen.
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