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María Montessori fue la primera educadora en tomarse en
serio a los niños. Esto, que hoy en día sigue costándonos a los adultos, en
1907 fue toda una revolución. Abolió en su escuela infantil los premios y los
castigos. Los niños no tenían más satisfacción que la del deber cumplido. Los
resultados fueron sorprendentes. Los más rebeldes se hicieron amables,
respetuosos y aprendieron con interés y entusiasmo. Expertos de todo el mundo
acudieron a observar el método y, al estudiar sus espectaculares resultados,
comenzó a extenderse por países como Estados Unidos, India, Alemania,
Inglaterra, Argentina y México.
El niño desarrolla las habilidades prácticas e individuales
a través del descubrimiento, exploración, y el uso de los materiales en cuatro
grandes áreas: Vida Práctica, Desarrollo Sensorial, Matemáticas y Lenguaje.
La capacidad de contar, calcular y usar relaciones numéricas
son algunos de los más significativos entre los logros humanos. El concepto de
número no es la contribución de un solo individuo sino el producto de una
evolución gradual. El sistema numérico que se ha creado a través de miles de
años, es una invención abstracta. Se inició con la comprensión de uno y más de
uno. Es maravilloso observar la comprensión del niño de este mismo concepto.
La metodología Montessori
presentan cinco áreas matemáticas al niño: aritmética, geometría,
estadística y cálculo. En Primaria son la numeración, el sistema decimal, el
cálculo, las tablas aritméticas, números enteros y fracciones y los números
positivos.
María Montessori obtuvo la idea de que el ser humano tiene
una mente matemática del filósofo francés Pascal. María Montessori dice que una
mente matemática era “una especie de espíritu que se construye con exactitud”.
La mente matemática tiende a estimar, necesita cuantificar, para ver la
identidad, semejanza, diferencia, y los patrones, para ordenar, observar la
secuencia y controlar el error.
El material matemático ayuda al niño a ordenar su mente. Es
capaz de clasificar su experiencia. El trabajo sensorial es una preparación
para el estudio de la secuencia y progresión. Esto ayuda al niño a construir
representaciones espaciales de cantidades y para formar imágenes de sus
magnitudes.
A los cuatro años, el niño está listo para las matemáticas.
Se han realizado una serie de preparativos.
1º El niño ha establecido el orden interno.
2º El niño ha desarrollado un movimiento preciso.
3º El niño ha creado el hábito de trabajo.
4º El niño es capaz de seguir y completar un ciclo de
trabajo.
5º El niño tiene la capacidad de concentración.
6º El niño ha aprendido a seguir un proceso.
7º El niño ha utilizado símbolos.
El material de matemáticas le da al niño su propia
experiencia matemática para llegar al trabajo individual.
Los materiales de la Pedagogía Montessori están diseñados
para facilitar aprendizajes significativos, vivenciados a partir de la
experimentación y la manipulación física.
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