1. La alimentación complementaria, se ofrece pero no se
introduce. La verdad que el uso correcto del lenguaje puede parecer nimio pero
es necesario. La comida no la debemos introducir en nuestros bebés, si no ofrecérsela. Se trata de ponerla a su alcance y que él decida en cada momento lo
que quiere hacer con la comida.
2. Hay que empezar con los cereales. Realmente si se empieza
a la edad recomendada, los 6 meses, no hay motivo alguno para
"preferir" un alimento u otro. Puedes empezar por los cereales o por
el aguacate o un poco de patata cocida, esto es un aspecto cultural. Lo que
siempre debemos retrasar es el ofrecer alimentos con los que se puedan
atragantar, como los frutos secos, no ofrecer antes de los tres años y la leche
de vaca no antes del año.
3. A los bebés es mejor darle las cosas trituradas para
evitar el atragantamiento. Es todo lo contrario, se sabe que los bebés que
comienzan con las texturas después de los 8 meses, es mucho más complicado que
luego las acepten, serán los bebés que a los dos años tomarán todo triturado
porque tendrán nauseas cuando encuentren un pequeño tropezón. Ofrece alimentos
machacados con el tenedor o blanditos que puedan aplastar con la lengua en el
paladar. Los bebés tienen movimientos de masticación a partir de los 6 meses
aunque no tengan dientes. Prueba los alimentos tú antes y si puedes triturarlos
con la lengua en el paladar sin necesidad de utilizar los dientes, puedes
dárselo. Si no le gusta, no insistas sigue con su comida habitual y ofrece una
pequeña cantidad de lo nuevo, deja que juegue y ya verás cómo lo acaba
comiendo.
4. Si no se toma el puré es que no come bien. El alimento
principal hasta el año de vida tiene que seguir siendo la leche, es el alimento
que tiene mayor densidad calórica. Por eso se llama alimentación
complementaria, complementa a la leche. Si sigues dando el pecho, ofrece
primero el pecho y luego los otros alimentos. El objetivo no es sustituir la
leche por otros alimentos sino que prueben nuevas texturas, sabores y
experimenten ellos mismos como llevarse la comida a la boca.
5. No toma las cantidades que me han recomendado, está muy
delgado. No hay estudios que nos digan las cantidades que necesita cada bebé,
pero no los necesitamos porque la naturaleza nos ha dotado de un sistema
perfecto de regulación: el apetito. Los bebés y los niños no son robots ni
extraterrestres, son humanos. Tienen fases que comen más, otras que comen menos
y depende de cada bebé, los hay con más y con menos apetito. Nunca le fuerces
por muy poco que coma, si estás preocupada que lo valore el pediatra. Va a
comer lo mismo hagas lo que hagas y lo único que conseguirás si lo fuerzas es
que tanto tú como tu bebé lo paséis mal.
6. Deja que participe de la comida de la familia. Es un
error darles de comer antes, en la medida de lo posible, siéntalo a la mesa
aunque haya comido antes, si él puede ver lo que hacéis, como usáis los
cubiertos, lo aprenderá por imitación y para tu bebé la comida será un momento
divertido para compartir con todos.
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